En su conferencia de prensa matutina en el Palacio Nacional, el mandatario fue cuestionado sobre el desmantelamiento de la Unidad de Investigaciones Especiales dirigida por la DEA, y aclaró que eso sucedió hace más de un año cuando esos agentes entraban y salían del país como si mandaran e incluso fabricaban delitos.
Ahora hay una relación de cooperación pero con respeto, pero los adversarios hacen campaña y se quejan de que cancelamos a un grupo que, según ellos, se dedicaba a enfrentar la violencia, como si nosotros por nuestra cuenta no estuviéramos haciendo nada o fuéramos cómplices.
Olvidan además que eso ocurrió hace más de un año porque ese grupo estaba infiltrado por la delincuencia, y uno de sus jefes está siendo juzgado en Estados Unidos por vinculación con el crimen organizado, pero eso no lo dicen y nos atacan.
Tampoco señalan que es buena la relación con Washington, pero con respeto, y ya no es el tiempo del expresidente Felipe Calderón (2006-2012) cuando entraban hasta armas según ellos con sensores con vistas a descubrir a los delincuentes, quienes las usaban para cometer más asesinatos porque el gobierno estaba infiltrado por ellos.
Afirmó que ese tipo de acciones conjuntas con el gobierno mexicano ya no van, no se pueden hacer más, ni más montajes y otras cosas ilícitas que acostumbraba Calderón con ese grupo supuestamente de muy alto nivel.
Reveló que le han recomendado al gobierno del país vecino poner orden pues hay cosas que llevan a cabo gente de abajo sin el conocimiento de autoridades del gobierno, como el caso del general Salvador Cienfuegos, exsecretario de Defensa, apresado por la DEA por narcotráfico y liberado enseguida por carecer de pruebas.
Dijo que todas esas irregularidades han terminado y que en México solamente están operando aquellos agentes de inteligencia extranjeros que la ley permite.
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