En su mensaje por el Día Internacional de la Madre Tierra, el máximo representante de Naciones Unidas señaló que tales problemas globales amenazan el bienestar y la supervivencia de millones de personas en todo el mundo.
Los componentes básicos de una vida feliz y saludable (agua limpia, aire fresco, un clima estable y predecible) están en desorden, lo que pone en peligro los Objetivos de Desarrollo Sostenible, advirtió.
Pero, a juicio de Guterres, aún hay esperanza: hace 50 años, la Conferencia de Estocolmo dio comienzo al mundial ambientalista mundial y desde entonces, «hemos visto lo que es posible cuando actuamos como uno solo”.
Si bien se han podido abordar numerosos desafíos medioambientales, recalcó el secretario general de la ONU, aún falta mucho por hacer y urge tomar acción de forma más rápida.
En ese sentido, continuó, hay que actuar cuanto antes para evitar una catástrofe climática, el mundo debe limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados Celsius y estamos muy lejos del camino para lograrlo.
A nivel global, se deben reducir las emisiones contaminantes en un 45 por ciento de cara a 2030 y lograr la neutralidad de carbono para 2050, recordó el diplomático portugués.
Los principales emisores tendrán que reducir drásticamente las emisiones a partir de este año y esto significa acelerar el fin de la adicción a los combustibles fósiles, subrayó.
También hace falta acelerar el despliegue de energía renovable limpia e invertir en adaptación y resiliencia, en particular para los más pobres y vulnerables, recalcó.
En junio, anunció Guterres, el mundo se reunirá una vez más en Suecia para la cita de Estocolmo+50, es necesario que los líderes muestren más ambición y tomen la acción necesaria para abordar la triple emergencia planetaria.
Tenemos una sola Madre Tierra y debemos hacer todo lo posible para protegerla, concluyó el titular de Naciones Unidas.
El Día Internacional de la Madre Tierra, celebrado cada 22 de abril, reconoce una responsabilidad colectiva como se exige en la Declaración de Río de 1992, para promover la armonía con la naturaleza y lograr un equilibrio justo entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras.
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