Lo primero que viene a la mente es que el club rojiazul no fue moldeado por los millones de euros del Qatar Sports Investments (QSI) para conformarse con la corona de Francia, y el nuevo fracaso en la conquista de Europa, en particular de la copa “Orejona” de la Liga de Campeones, empaña el brindis con champán, quieran reconocerlo o no.
El torneo doméstico galo ha sido en la última década presa fácil de los parisinos, que lo han conquistado ocho veces en ese período, para igualar anoche, tras el empate 1-1 frente al Lens, al alicaído Saint-Etienne en la cima histórica de los ganadores de temporadas.
En realidad al director técnico argentino Mauricio Pochettino no le fue bien en la campaña 2021-2022, ya que tampoco pudo alzar la Copa de Francia ni la Súper Copa, razones suficientes para que su puesto peligre.
¿Pero es Pochettino el único responsable?, a todas luces no, pues el tridente galáctico Kylian Mbappé-Lionel Messi-Neymar estuvo lejos de ser un factor decisivo como todos pensaban, brillando en su condición de trío apenas en los últimos compases de la temporada a punto de expirar.
La honrosa excepción fue el nativo de Bondy y protagonista de la “telenovela” Me voy al Madrid o sigo en el PSG, quien después de 34 de las 38 fechas jugadas lidera a los goleadores (22) y a los asistidores (14) en Francia, además de marcar seis veces en la Champions, incluyendo las dos únicas dianas de su equipo en los octavos de final frente al verdugo merengue.
Bastaría con mirar los números de Messi en la Ligue1, con cuatro goles en 22 partidos, y aunque sus 13 pases decisivos enmascaran un poco la debacle, lo cierto es que “La Pulga” no cumplió con las expectativas tras su espectacular carrera en el Barcelona; y tal vez para ser más justos, habría que decir que “Leo” no se adaptó al club de la Ciudad de la Luz.
“Campeón de Francia, pero no rey de corazones”, título la víspera el diario Le Figaro su comentario sobre el título del PSG, mientras la publicación deportiva L’Équipe enmarcó en uno de sus artículos la conquista de la corona en “una indiferencia escalofriante”.
Sin embargo, nada más lapidario que leer el comunicado del fiel y aguerrido Colectivo Ultras Paris, el amo y señor de la ya famosa Tribuna Auteuil del Parque de los Príncipes, que llamó anoche a celebrar el campeonato en el minuto 75 en las afueras del estadio, dejando claro que en la campaña solo los aficionados estuvieron a la altura.
Todo orgullo, el extraclase Mbappé salió al paso de las críticas y las decepciones, afirmando que están felices con el décimo título y que ser campeones es lo más importante.
“Nadie estropea mi diversión. Hicimos muchos sacrificios, trabajamos todos los días, queremos dejar nuestro nombre en la historia. Siempre hay circunstancias en una temporada y estoy feliz de ganar”, declaró a la prensa después del empate 1-1 con Lens, el cual convirtió a los rojiazules en inalcanzables con cuatro fechas por cumplir.
Mbappé reiteró que nada está decidido sobre su futuro, y en ese sentido el director deportivo Leonardo aseveró que continúan las conversaciones, aunque admitió la posibilidad de la partida del as.
Leonardo reconoció errores y lanzó un mea culpa sobre la discreta temporada, siempre resaltando que “10 es una cifra importante y algo para festejar”.
Somos campeones, por tanto no debemos estar tristes, tenemos que sacar las enseñanzas de esta experiencia para construir el futuro, dijo por su parte, Pochettino.
El presidente del PSG, el qatarí Nasser Al-Khelaifi, no estuvo en París para la celebración del título, al encontrarse en Doha, una ausencia como para comentar, aunque lo mejor es evitar las especulaciones.
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