Como cada año, el mandatario inauguró la jornada conmemorativa con la colocación de una corona de laurel en la Tumba del Soldado Desconocido, situada en el Altar de la Patria, monumento erigido en la céntrica Plaza Venecia en honor del rey Vittorio Emanuele II.
Acompañaron a Mattarella la presidenta del Senado, Maria Elisabetta Alberti Casellati, el titular de la Corte Constitucional, Giuliano Amato, y el ministro de Defensa, Lorenzo Güerini, entre otras figuras.
A continuación, el jefe del Estado viajó a la localidad napolitana de Acerra para participar en el acto en memoria de las víctimas de la masacre cometida allí, entre el 1 y el 3 de octubre de 1943, por las tropas alemanas de ocupación.
Desde Acerra, abrazaremos idealmente al resto de los lugares que vieron el heroísmo, el sufrimiento y, con demasiada frecuencia, la muerte de quienes se sacrificaron para entregarnos un país libre y democrático, dijo Mattarella el 22 de este mes a miembros de asociaciones de veteranos de las fuerzas militares.
En esa oportunidad, condenó con dureza el papel de Rusia en el actual conflicto con Ucrania, tema presente, con posiciones encontradas, en las manifestaciones anunciadas para hoy por la Asociación Nacional de Partisanos de Italia y otras organizaciones en todo el país.
Desde “nuestro” 25 de abril, en el aniversario de la fecha que puso fin a las hostilidades en nuestro territorio, llega un llamado a la paz. A la paz, no a rendirse ante la arrogancia. A practicar el coraje de una desescalada de la violencia, el coraje de detener las hostilidades, el coraje de retirar las fuerzas de invasión. El coraje de reconstruir, dijo.
Aunque la lucha contra la ocupación nazi-fascista concluyó unos días después, el gobierno provisional formado tras la victoria en 1945 designó como Día de la Liberación el 25 de abril, fecha en la cual comenzó la retirada de las tropas alemanas y sus aliados locales.
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