La junta militar ha utilizado aviones de combate, helicópteros de ataque y artillería pesada para bombardear a la población civil y se están quemando hasta los cimientos pueblos y ciudades con vínculos percibidos con grupos de oposición, sostuvo.
En una entrevista con la publicación japonesa The Japan Times divulgada aquí, Andrews declaró que lo que ha sido trágicamente constante en los últimos meses es la voluntad del equipo gobernante de usar la violencia sin justificación y sin importar el costo de la vida humana.
Los generales no se detienen después de expulsar a los civiles de sus casas y regularmente recibo informes sobre ataques a campamentos de desplazados internos, denunció.
El funcionario agregó que el Ejército ha matado a miles de civiles inocentes y ha expulsado a cientos de miles de sus hogares.
La junta militar, aseguró, también ha estado utilizando la ayuda humanitaria como arma, obligando a muchos a enfrentar hambre, sed y enfermedades, sin saber cuándo podrán regresar a sus hogares y reanudar sus medios de subsistencia.
De acuerdo con Andrews, en muchos casos, los militares han confiscado la ayuda destinada a las poblaciones desplazadas y la han dirigido a sus soldados o aliados.
El relator añadió que la respuesta de la comunidad internacional a las violaciones de derechos humanos en Myanmar puede y debe ser más enérgica.
El Consejo de Seguridad de la ONU, por ejemplo, no ha considerado, y mucho menos adoptado, una resolución sobre la situación en Myanmar, indicó.
Andrews expresó que la única forma de “salir de este atolladero es a través de la restauración del gobierno civil bajo una nueva constitución federal y democrática”.
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