El Ministerio de Comunicación aseguró en un mensaje que las autoridades “están tomando el toro por los cuernos enfrentándose a los grupos armados”, aunque reconoció que a pesar de los esfuerzos de la Policía para frenar el fenómeno aún los ciudadanos no pueden retomar serenamente el curso normal de su vida.
El primer ministro Ariel Henry dio instrucciones a las fuerzas policiales y recientemente entregó materiales a ese cuerpo para reforzar sus capacidades operativas sobre el terreno, aseguraron en la nota.
“La cuestión de la seguridad pública es tanto más prioritaria para el actual equipo de gobierno cuanto que constituye la base sobre la que debe construirse el edificio electoral que permitirá al país renovar democráticamente su personal político a todos los niveles”, subrayaron.
Henry quien llegó al poder en julio pasado, dos semanas después del asesinato del presidente Jovenel Moïse, ha visto proliferar a las pandillas en la zona metropolitana de Puerto Príncipe y en otros departamentos.
Los grupos controlan ahora zonas estratégicas como las entradas de la capital y en octubre impidieron la distribución de combustibles, pese a las acciones de la Policía.
Cerca de 20 mil personas tuvieron que huir de Martissant en el sur de Puerto Príncipe, en medio de hostiles enfrentamientos de las pandillas que dejaron decenas de muertos y lesionados, y la mayoría de ellos aún no pudieron regresar a sus hogares.
Solo en lo que va de año, al menos tres periodistas murieron, dos de ellos a manos de las bandas, y otro durante las protestas de los empleados textiles, presuntamente por el accionar de las fuerzas del orden.
También desde el fin de semana último, los enfrentamientos entre las bandas que operan en Croix des Bouquets, al noroeste de la capital, obligaron a los residentes de la zona a permanecer en sus viviendas, mientras se limitó el paso en la entrada norte de Puerto Príncipe.
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