El granero ubicado en el medio oeste de los Estados Unidos sería el más afectado, seguido del de Europa Central, precisó el artículo con los resultados de un estudio realizado por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).
El equipo implicado utilizó un conocido modelo climático alemán llamado Max Planck Institute Grand Ensemble para ejecutar 100 simulaciones individuales de los años 1991 a 2100.
«Solo en los últimos cinco años aproximadamente se desarrolló un marco para aplicar el pensamiento de riesgo compuesto al análisis climático de una manera que realmente se puede calcular», explicó el autor principal, Colin Raymond.
Para la última fecha prevista, las olas de calor extremo en el planeta, que durarán al menos tres días, ocurrirán de dos a cuatro veces más que ahora, describió el texo.
Las lluvias excesivas de tres días generalmente se incrementarán entre un 10 y un 50 por ciento en frecuencia, subrayó.
La investigación también examinó cómo aumentarían los riesgos de incendios forestales y la salud humana a medida que estos eventos se sucedan más de cerca.
Las evidencias indicaron, remarcó Raymond, que «las cosas están interconectadas de una manera que no hemos apreciado hasta ahora”.
No es solo el calor y la sequía, son todas esas interconexiones las que mejor explican los impactos severos que más nos preocupan cuando intentamos prevenir grandes desastres, aseveró.
Expertos modelaron antes cambios pero centrados en un solo indicador climático, como la cantidad de días por encima de los 100 grados Fahrenheit (38 grados Celsius) en una determinada región.
Los mayores impactos se producen, sin embargo, cuando los extremos ocurren simultáneamente o en una secuencia cercana, destacaron los científicos de la NASA, quienes aseguraron que continuarán trabajando para comprender y representar numéricamente en modelos climáticos estas cadenas complejas de eventos que interactúan.
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