Los acordeones, cantos y bailes, inundaron la noche de Valledupar, cuna de ese ritmo único que identifica a la nacionalidad colombiana y declarado Patrimonio cultural inmaterial de la humanidad en 2015.
Esta nueva cita que rendirá homenaje al artista fallecido, Jorge Oñate, cuenta con una amplia programación que incluye concursos, exposición de artistas, desfiles y presentaciones de agrupaciones musicales.
Hasta el próximo sábado, cultores del vallenato y de otros géneros musicales deleitarán al público con sus propuestas como son Silvestre Dangong, Iván Villazón, Jean Carlos Centeno, Elder Dayán, Wilfran Castillo, Margarita Doria, Paola Jara, Jessi Uribe y otros.
En breves minutos comenzará, en la Plaza Alfonso López, el Concurso de Rey de Reyes Canción Vallenata Inédita, también en el transcurso de la festividad habrá competencia de acordeones menores y juveniles, la final de la Acordionera Mayor y espectáculos musicales en el parque de la Leyenda Vallenata.
Este Festival comenzó a celebrarse en 1986 en Valledupar, departamento de Cesar, organizado al principio por la oficina de Turismo de esa demarcación, pero luego se creó la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, la cual funciona desde 1987 en las instalaciones de la Tarima Francisco el Hombre de la Plaza Alfonso López.
Desde entonces se convirtió en el evento folclórico y cultural más importante de ese departamento y en el gran impulsor de la economía regional porque durante su celebración atrae a muchos visitantes.
Las compañías fonográficas de mayor importancia en el mercado de discos en el país también se suman y presentan agrupaciones.
En la inauguración de esta nueva edición, que contó con la presencia del presidente del país, Iván Duque, las mujeres fueron protagonistas en el musical El canto del jilguero, con el que comenzó esta fiesta colombiana.
El vallenato es un género musical autóctono de la región Caribe de Colombia con origen en el antiguo Magdalena Grande y tene notable influencia de la inmigración europea, ya que el acordeón fue traído por pobladores alemanes a Riohacha, La Guajira, a finales del siglo XIX, y tanto la organización estrófica como la métrica se valen de la tradición española.
Asimismo, el componente de afrocolombiano es apreciable en la caja vallenata, una especie de tambor que le aporta ritmo a la melodía del acordeón y por último tiene elementos indígenas que se evidencia con la guacharaca.
Se interpreta tradicionalmente con esos tres instrumentos: el acordeón diatónico, la guacharaca y la caja vallenata, pero también con guitarra y con la instrumentación de la cumbia en cumbiambas y grupos de millo.
Los ritmos o aires musicales del vallenato son el paseo, el merengue, la puya, el son y la tambora.
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