Con banderas, canciones y consignas, organizaciones sociales, estudiantes y visitantes acudieron a las proximidades de la Casa Rosada y caminaron alrededor de la Pirámide de Mayo para rememorar los sucesos del 30 de abril de 1977, cuando comenzó una larga lucha por la justicia.
También fue un sábado el día en que las madres estaban solas. 45 años después esta plaza está llena y el país las acompaña. Esta democracia, expulsar a los militares y hacer los juicios no hubiese sido posible sin ellas, señaló el periodista, abogado y defensor de los derechos humanos Pablo Llonto.
Ellas tomaron las consignas de sus hijos y nos enseñaron que la lucha estaría completa cuando peleáramos por los sueños de los desaparecidos. No buscamos solo condenas, sino llegar a la nación que ellos querían. En esta plaza se aprende dignidad, coraje y a pelear. Por eso venimos y estaremos siempre al lado de las madres, afirmó.
Por su parte, el ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires, Andrés Larroque, destacó la valentía de las mujeres que estuvieron siempre de pie para mostrar el camino a los más jóvenes.
Fueron ellas quienes, en 2003, cuando volvió a nacer el sol en esta patria, fueron a abrazar a Néstor Kirchner (1950-2010) como un hijo más para empezar a dar vuelta a la historia. También acompañaron a Cristina (Fernández) hasta el último día de su mandato ante tantos golpes y agresiones. Ellas no se equivocan, aseguró.
Durante el acto, la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, afirmó que la solidaridad, la lealtad y el amor por el otro son las mejores formas de recordar a hijos arrebatados por la dictadura.
Ellos dieron un paso muy importante. Sabían que les podía pasar algo, pero no se detuvieron. La revolución es eso y se hace todos los días cuando nos despertamos y pensamos en qué podemos hacer por quienes no tienen nada y pasan hambre, señaló.
En esta plaza que nos dio el nombre, recibimos también el amor, el compromiso y el cariño del pueblo. Es un lugar para denunciar y gritar todo lo que pasan los jubilados, los desempleados y los niños que no tiene qué comer, añadió.
Bonafini aseguró que es también para soñar: “Hay que hacer las cosas con alegría. La revolución no solo se hace con armas, sino con amor, transformando un país y diciendo lo que uno piensa”.
Cuando asumió Mauricio Macri (2015-2019) tomamos la plaza y no lo dejamos pasar. Dijeron que estábamos equivocadas porque estuvimos un día y medio y no pudo poner un pie aquí. Estamos muy orgullosas de eso, dijo.
Además, agradeció a todos los que acompañaron a las madres durante tantos años.
El amor que nos brinda la gente es como el oxígeno para vivir. Hay muchos que nos amparan y nos quieren. Los esperamos todos los jueves, a las 15:30 en la Plaza de Mayo, concluyó.
jha/gas