La premisa la estableció el histórico líder independentista Rubén Berríos en un discurso en el cual pasó balance a la situación de esta isla del Caribe desde que fue ocupada militarmente en 1898 por Estados Unidos, que la mantiene como su colonia.
El presidente del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), a quien se dedicó el 47 Festival de Apoyo al periódico Claridad, consideró que es el momento de empujar con fuerza la descolonización de Puerto Rico.
En este sentido, el también dirigente de la Internacional Socialista, opinó que “en Estados Unidos la puerta está abierta” para una solución descolonizadora.
A esta salida se resisten los dirigentes del Partido Nuevo Progresista (PNP), propulsor de la anexión plena a Estados Unidos, y del Partido Popular Democrático (PPD), que defiende el desacreditado Estado Libre Asociado (ELA), impuesto por Washington en 1952.
Frente a la crisis actual, pese a la danza de millones para la “recuperación” tras la devastación en septiembre de 2017 del huracán María, la expulsión por el pueblo del gobernador Ricardo Rosselló Nevares en julio de 2019 y los terremotos de enero de 2020, la pobreza supera el 52 por ciento.
Berríos puso de relieve la necesidad de que se produzca una concertación de las fuerzas puertorriqueñistas dirigidas a ganar las elecciones de noviembre de 2024, a partir de la demostración en los comicios anteriores, cuando Pedro R. Pierluisi, del PNP, apenas obtuvo el 32 por ciento de los sufragios.
Destacó que la suma de los diversos partidos alternativos en noviembre de 2020 superó el 60 por ciento de los sufragios, mientras el PNP y el PPD alcanzaron poco más de 35 por ciento cada uno.
En tanto, el candidato a la gobernación del PIP, Juan Dalmau, obtuvo el 14 por ciento en todo Puerto Rico, pero en pueblos como Guaynabo, Bayamón y San Juan, entre otros del área metropolitana, obtuvo el 20 por ciento del total de sufragios, y entre los electores jóvenes un 25 por ciento.
Ante esta realidad, para Berríos ha llegado el momento de “forzar a Estados Unidos a reconocer su obligación descolonizadora” de Puerto Rico, después de admitir en 2016 el engaño a la comunidad internacional en las Naciones Unidas con el ELA.
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