En un informe, 13 Organizaciones no Gubernamentales (ONG), entre ellas el Consejo Noruego para los Refugiados en este país, denunciaron que entre las zonas más afectadas por la carencia del vital líquido se encuentra la ciudad de Djibo, en la región de Sahel (norte), con numerosos desplazados internos.
De acuerdo con esos entes, en Burkina Faso en lo que va de año, los grupos radicales destruyeron 32 instalaciones hídricas, en tanto embistieron dentro de comunidades camiones cisternas, pozos y otros depósitos.
Las ONG consideraron en el documento que tales acciones de las agrupaciones consideradas terroristas devienen estrategia de guerra para destruir vidas humanas.
En las demarcaciones burkinabesas de Barsalogho (Región Centro-Norte) y Djibo, desde 2015 las Fuerzas de Defensa y Seguridad enfrentan a grupos extremistas armados, los cuales siembran el terror en las poblaciones e intentan capturar nuevos territorios.
Ante esa compleja situación, que incluye choques intercomunitarios, recientemente el presidente del gobierno de transición en Burkina Faso, teniente coronel Paul-Henri Damiba, pidió al Ejército intensificar la ofensiva contra los terroristas, según fuentes de la presidencia.
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