La decisión tuvo lugar luego de que el Consejo de Estado levantó una medida cautelar para impedir la entrega del narcotraficante y paramilitar.
Según el presidente colombiano, Iván Duque, Otoniel es «solamente comparable con Pablo Escobar y no solamente se trata del narcotraficante más peligroso del mundo, sino de un asesino de líderes sociales, abusador de niños, niñas y adolescentes, asesino de policías».
El pasado 8 de abril, Duque firmó la extradición a Estados Unidos de Otoniel, del que dijo es el peor narcotraficante y criminal de la historia reciente de Colombia.
Dos días antes, la Corte emitió un concepto favorable para la extradición de Otoniel, capturado en octubre pasado y en cuyos hombros recaen 122 órdenes de captura y siete medidas de aseguramiento por delitos como homicidio, reclutamiento ilícito, concierto para delinquir, secuestro extorsivo, terrorismo, porte ilegal de armas y narcotráfico, entre otros.
Además, pesan sobre él seis sentencias condenatorias, entre ellas dos de 40 y 50 años de prisión, por homicidio agravado, homicidio en persona protegida, desaparición forzada, desplazamiento forzada y reclutamiento ilícito de menores.
La Corte aprobó la extradición al capo por participar en una empresa criminal continuada y delitos de narcóticos, motivos por los cuales la justicia de Estados Unidos lo solicita.
Según el gobernante, la extradición de este tipo de delincuentes no es obstáculo para que siga compareciendo a los llamados de la justicia colombiana y, además, bajo el principio de la reparación por crímenes que han ocurrido en esta nación.
En ese momento, el mandatario dijo a la prensa que el narcotraficante y paramilitar, volverá a Colombia a pagar sus penas.
Sin embargo, también en abril pasado, víctimas de atrocidades del paramilitarismo en Colombia se pronunciaron en desacuerdo con la extradición del jefe paramilitar alias Otoniel y pidieron ser escuchadas por las autoridades judiciales para que se conozca toda la verdad.
«Es que con la verdad podemos transitar como país a la paz. Hoy se da un nuevo golpe a la paz. Hoy se hace trizas la verdad y la paz», enfatizaron delegados procedentes del bajo y medio Atrato, Urabá antioqueño, de Mapiripán, Istminia, Buenaventura, Litoral, Docordó, Bojayá, de Tierra Alta, Montes de María y La Sierra.
«¿Cuántos Otonieles empiezan desde hoy a surgir? Muchos, porque no hay verdad, porque una justicia que logre aportar a cambios en los territorios se deshace en Bogotá», enfatizaron.
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