Al dirigirse a los jefes de las delegaciones de las naciones integrantes de la OMC, la funcionaria enfatizó en la necesidad de obtener resultados concretos para demostrar que ese instrumento rector del intercambio global está en condiciones de cumplir su mandato y los desafíos.
La conferencia, que sesionará en Ginebra del 12 al 15 de junio, tendrá como telón de fondo la pandemia de COVID-19, el aumento de los precios de los alimentos y la energía, las dificultades de la deuda y los conflictos geopolíticos.
Esta no es una Conferencia Ministerial ordinaria, afirmó Okonjo-Iweala, quien sostuvo que el actual contexto hace que sea más difícil y más urgente llegar a acuerdos.
La funcionaria exhortó además a las delegaciones a tener una mentalidad abierta, ser flexibles en el fondo y en la forma de relacionarse, y a ultimar los resultados con antelación para que los ministros puedan centrarse en proporcionar orientación para el trabajo futuro.
En ese sentido, subrayó que esa cumbre no debe ser simplemente una tertulia.
Fuentes de la OMC coincidieron en que uno de los posibles logros que tendría la conferencia, es la respuesta de ese organismo a las pandemias actuales y futuras, incluidas las cuestiones de propiedad intelectual, en la que los miembros debatirán los posibles elementos de un compromiso.
Otros potenciales resultados los constituyen la conclusión de un acuerdo sobre las subvenciones a la pesca, la consecución de éxitos en materia de agricultura y el avance en la reforma de la OMC.
Este organismo multilateral, que cuenta con dos décadas de creado, se ocupa de las normas mundiales por las que se rige el comercio entre las naciones.
Su principal función, según sus fundamentos, es velar por que el comercio se realice de la manera más fluida, previsible y libre posible.
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