En los últimos días tres hechos removieron los cimientos de esta sociedad, y causaron indignación, se trata del fallecimiento de José Gregorio Custodio, Richard Báez y David de los Santos, cuando estaban en manos de los cuerpos policiales.
El caso más reciente fue el de De los Santos, un profesor de educación física de 24 años, apresado el pasado miércoles en una plaza comercial, quien al igual que Báez, falleció por golpes que le provocaron la muerte.
Báez fue detenido por agentes del cuerpo policial y después de varios días en los recintos carcelarios de este órgano, murió por los golpes recibidos como lo señala la autopsia.
Custodio fue capturado en buen estado, lo llevaron al Destacamento de la Policía y después, como por arte de magia, le comunican a sus familiares que ya no estaba en el mundo de los vivos.
Lo cierto es que hasta el momento, en ninguno de los tres casos, la Policía Nacional se ha hecho responsable de las muertes.
Con frecuencia en esta nación los uniformados son cuestionados por sus excesos, e incluso, esto motivó la convocatoria de una inédita protesta el pasado martes.
La procuradora general del país, Miriam Germán, instruyó a la Dirección General de Persecución del Ministerio Público para que coordine una investigación de los casos mencionados y expresó: “entiendo perfectamente la indignación de la sociedad con estos casos, en los cuales se avizora un cierto patrón de conducta, el cual no podemos permitir”.
La Fiscalía investigará las muertes como homicidios y la Policía Nacional dispuso la suspensión de los agentes del destacamento donde estuvo detenido el profesor mientras continúan las pesquisas
El presidente del país, Luis Abinader, condenó el pasado lunes la muerte de estos ciudadanos y el titular del Senado, Eduardo Estrella, pidió sacar las manzanas podridas de la Policía y condenar a quien haya que condenar.
Por su parte, Participación Ciudadana demandó acciones concretas en torno a la reforma policial que Abinader puso en marcha en 2021.
Habrá que esperar el avance de las investigaciones para llegar al final del tema con la esperanza de que esa práctica policial, que no es nueva en esta nación, sea eliminada y la reforma policial extirpe de raíz los males que tanto afectan a los encargados de cuidar la seguridad y el orden de esta nación.
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