En un mensaje trasmitido a través de redes sociales, el gobernante manifestó que se une al resto de África para consolar, ante las pérdidas de vidas humanas, a las familias golpeadas por la tragedia, ocurrida la víspera en El-Baraj, región somalí de Medio Shabelle, ubicada al norte de Mogadiscio.
Según medios de prensa, la formación radical Al-Shabab reivindicó la autoría de la embestida, en la que se emplearon explosivos contra la instalación militar de la Misión de Transición de la Unión Africana en Somalia (Atmis), avalada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Aunque ni el gobierno de Mogadiscio ni Burundi hicieron un balance de las víctimas mortales y lesionados, la propia milicia Al-Shabab, la cual reivindicó el ataque, señaló que perecieron más de un centenar de soldados.
Otros actores, entre ellos, la Unión Africana y el gobierno somalí condenaron con anterioridad la violenta acción contra la instalación de la Atmis.
Tras repudiar en los más duros términos el asalto de la milicia Al-Shabab, el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat, expresó que “rinde homenaje al personal de mantenimiento de la paz de Burundi que perdió la vida en su intento de llevar la paz y la estabilidad a Somalia”.
El funcionario además hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que aumente el apoyo a los servicios de seguridad somalíes y a la misión de la ATMIS en consonancia con los retos de seguridad planteados.
En Somalia, territorio dividido y sin un gobierno central fuerte desde 1991, en que fue derrocado por milicias aliadas el entonces presidente Mohamed Siad Barre, otro ataque armado en 2016 de la formación Al-Shabab en la región de Gedo causó la muerte de 200 militares.
Tal agrupación, la cual fue expulsada de Mogadiscio en 2011 por el Ejército de Somalia y fuerzas aliadas, controla amplias zonas, sobre todo rurales, del centro y sur del país del denominado Cuerno de África.
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