En el Grand Serail (Palacio de Gobierno) y ante el primer ministro, Najib Miqati, la autoridad llamó a combatir este flagelo desde las administraciones públicas con la voluntad y la capacidad de contribuir al cambio del país.
Riachi pidió a los jefes y directivos de los organismos trascender los intereses privados y fraccionales en beneficio del pueblo y la nación.
Insistió en la necesidad de velar por la sustentabilidad de proyectos y programas institucionales, además de preponderar el esfuerzo colectivo en busca de la restauración económica.
Aseguró que la lucha contra la corrupción aumentaría la confianza y el apoyo de los ciudadanos y la comunidad internacional en El Líbano.
La Estrategia Nacional Anticorrupción constituye una hoja operativa para el período 2020-2025 que en su criterio expresa la voluntad política de proteger la economía, la seguridad y la estabilidad del Líbano.
En medio de peor crisis económica y financiera de los últimos 150 años, la nación de los cedros convocó a elecciones parlamentarias en diciembre pasado y la mayoría de los libaneses asumen con escepticismo el proceso ante la poca capacidad de un gobierno de impulsar la recuperación.
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