De acuerdo con el informe de la Food Foundation, el número de personas que sufren de inseguridad alimentaria en el país se incrementó en 57 por ciento en abril, y afecta ahora a 7,3 millones de personas, incluidos 2,6 millones de niños.
El tanque pensante británico afirmó, además, que los usuarios de los bancos de comida piden cada vez más productos que no necesiten cocinarse debido al precio de la tarifa energética.
Los británicos enfrentan desde el mes pasado un alza sin precedente en los servicios de electricidad y gas, un incremento del impuesto sobre la seguridad social y una inflación que, por primera vez en 30 años, alcanzó el 7,0 por ciento.
El aumento extremadamente rápido de la inseguridad alimentaria a partir de enero provoca una situación catastrófica para las familias, alertó la directora ejecutiva de la fundación, Anna Taylor, quien llamó al Gobierno a darse cuenta de que “el bote se está hundiendo” para muchos hogares y es necesario arreglarlo.
La jefa de la organización caritative consideró, no obstante, que con la entrega de más paquetes de comida no se solucionará el problema.
El profesor del Colegio Universitario de Londres Michael Marmot, consideró, por su parte, que si uno de cada siete hogares británicos padece de inseguridad alimentaria, la sociedad está fallando de manera fundamental.
Estas cifras son más escalofriantes porque el problema tiene solución, pero lejos de resolverse, está empeorando, aseveró el académico.
El diputado laborista y secretario de Trabajo y Pensiones en el llamado gabinete a la sombra (opositor), Jonathan Ashworth, culpó, por su parte, al primer ministro conservador Boris Johnson de la crisis, y afirmó que no tiene soluciones para esta.
Los laboristas abogan por la imposición de un impuesto único sobre las ganancias de las compañías petroleras y usar los fondos recaudados para ayudar a costear el aumento de la tarifa energética, pero Johnson cree que eso las desalentaría a invertir en el país.
El estudio, realizado por la Food Foundation a partir de una encuesta, recoge varios testimonios, entre estos el de un padre soltero de Canterbury,quoen dijo que en los últimos meses hubo días en que solo podía alimentar a su hija, y él tenía que conformarse con las sobras, “si acaso”.
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