Surgido en el 2008 para intercambiar experiencias sobre situaciones sufridas en esas etapas etarias debido a la represión dictatorial, se estableció una década después como organización de derechos humanos.
Distintas víctimas de pocas edades en el pasado narrarán sus vivencias hasta el 27 de mayo, en el mes dedicado a levantar en Uruguay el reclamo por los 197 detenidos desaparecidos, cuyos familiares acusan a instituciones militares de cómplice silencio.
A ellos los une sacar a relucir los padecimientos de los niños que fueron, de miles de ellos “bajo tortura, exilio, secuestro, robo, persecución, clandestinidad, abuso sexual; tanto en nuestras casas, como en centros de reclusión clandestinos, penales y cuarteles, lo que nos ha dejado múltiples secuelas”, según un documento compartido.
En una exposición montada se encuentran juguetes que los presos políticos fabricaban para sus hijos durante la reclusión, también imágenes fotográficas de la época, en espacios donde se ofrecen conversatorios históricos.
Después de dos años de pandemia, ambas organizaciones y la Asociación de expresos políticos Crysol restablecieron las actividades presenciales por la verdad y la justicia, y entre ellas la tradicional marcha del 20 de mayo por los desaparecidos a la fuerza. oda/hr