En un discurso ante el Parlamento de Angola, el visitante argumentó que la actual crisis económica internacional y la de carácter sanitario a causa de la Covid-19, empeoraron la situación en esta parte del mundo.
Los efectos de ambas crisis condujeron en 2020 a una caída del Producto Interno Bruto africano en 2,1 por ciento; de tal forma, millones de personas engrosaron a las duras cifras de la pobreza, señaló el político en la reunión solemne de la Asamblea Nacional, con motivo de su presencia aquí.
Al decir del mandatario, los desafíos son de enormes proporciones, al sumar las situaciones precedentes por déficits en salud, educación, acceso al agua y el saneamiento básico, entre otras cuestiones fundamentales.
El esfuerzo del continente en pro del desarrollo debe ser coordinado por la UA, subrayó Vila Nova, sin desconocer las responsabilidades específicas de los estados nacionales.
En esa misión histórica, «la Unión Africana no puede fallar», remarcó el orador, quien abogó por aprovechar las oportunidades de la era digital conjugadas con los grandes recursos naturales del área y la capacidad de su población mayoritariamente joven.
La búsqueda de progreso económico, refirió, debe ir unida al mejoramiento de los sistemas nacionales de salud, la seguridad alimentaria y nutricional, la educación y la enseñanza.
Asimismo, abogó por mantener la posición común de los estados miembros de la UA en foros internacionales y, en particular, en lo concerniente al reclamo de democratización de la Organización de las Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad.
De acuerdo con el jefe de Estado, la presente confrontación en Europa del este también empieza a impactar la realidad africana, sobre todo, de las naciones que dependen en gran medida de las importaciones de cereales provenientes de los países en conflicto.
África, sintetizó, posee un rico patrimonio material e inmaterial, el cual debería contribuir a su desarrollo; en tal sentido, la creación de la zona de zona libre de comercio continental es “una puerta de esperanza”, una oportunidad que no podemos desperdiciar, opinó.
En su intervención, el dignatario reseñó igualmente las profundas relaciones de hermandad entre los pueblos de Angola y Santo Tomé y Príncipe, con expresiones concretas en sus respectivas luchas por la independencia nacional, la cultura artística y literaria, las tradiciones religiosas, la danza, el arte culinario y las similitudes lingüísticas, entre otras manifestaciones.
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