La decisión la tomó la víspera el Consejo de Ministros, de acuerdo con un comunicado de la Oficina del primer ministro.
Sin embargo, el ejecutivo mantuvo la recomendación de utilizar protectores faciales en el interior de edificaciones y someterse a exámenes periódicos para descartar la dolencia, que causó en el país casi mil 500 muertos desde 2020.
Destacó, igualmente, que los residentes de Ruanda deben estar completamente vacunados para acceder a lugares públicos, incluido el transporte público, lo que significa tener dos dosis de la vacuna y una de refuerzo después de tres meses.
Las autoridades sanitarias reportaron hasta la víspera unos nueve millones de personas con al menos una dosis y 4,3 millones con un inmunógeno de refuerzo, entre una población total de casi 13 millones de habitantes.
El texto gubernamental dio cuenta de la obligatoriedad de llegar al país con una prueba rápida negativa a la presencia del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad, y la repetición de la misma en suelo ruandés.
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