De 43 años, Hamal labora a la salida de Beirut en una tienda de ropa de la cadena Moustache y consideró que los resultados de este domingo no provocarán grandes cambios para el libanés medio, golpeado en el presente por la peor crisis económica y financiera de su historia
Al comentar a Prensa Latina sobre la contienda electoral, el empleado culpó a la élite gobernante de conducir a la penuria a la mayoría de la población que lucha contra el desempleo, el éxodo masivo y una devaluación sin precedente de la moneda.
El analista Sam Heller, del grupo de investigaciones políticas The Century Foundation coincidió en que las elecciones de este 15 de mayo no traerán cambios importantes y “es probable la reproducción del liderazgo político actual del país”.
Heller señaló que los grupos de oposición identificados con el movimiento de protesta de octubre de 2019 están divididos, mientras las fuerzas tradicionales poseen los recursos para dispensar patrocinio y movilizar votantes.
Un artículo del sitio Lebanon 24 refiere que los nacionales refrendarán su derecho y deber de votar, con el fin de hacer rendir cuentas a quienes condujeron al país a un colapso que sitúa a cuatro de cada cinco ciudadanos en la pobreza, según Naciones Unidas.
Desde bien temprano, los residentes en el país hacen filas para ejercer el sufragio en las ocho gobernaciones y 25 distritos de la nación, bajo fuertes medidas de control por parte del Ejército y las Fuerzas de Seguridad Interna.
El ministro del Interior y Municipios, Bassam Mawlawi al emitir el voto en uno de los colegios electorales de la norteña ciudad de Trípoli insistió que boicotear la jornada no conducirá a ningún resultado positivo.
Calificó de buen indicador la afluencia de votantes y prometió el enjuiciamiento de cualquier acto de soborno electoral durante la jornada.
En Beirut, Prensa Latina constató el silencio y la calma en sus calles; en tanto, a través de su cuenta de Twitter, la Asociación Libanesa para las Elecciones Democráticas informó de algunas violaciones y llamó a las autoridades a facilitar la labor de la misión de los observadores y garantizar su seguridad.
Un total de 718 candidatos en 103 listas electorales competirán por la unicameral legislatura de 128 escaños que está dividida a partes iguales entre cristianos y musulmanes.
La Corriente Patriótica Libre, el Partido Nacional Liberal, Nacional Socialista Sirio, el Socialista Progresista, las Fuerzas Libanesas y Kataeb lideran las opciones cristianas en el panorama de los comicios
Mientras del lado de los musulmanes, la dupla chiita Amal-Hizbulah fortalece su dominio. Según especialistas, la retirada del Movimiento Futuro con el exprimer ministro Saad Hariri al frente, disminuyó el poder sunita.
El analista político Hasan Illaik manifestó a Prensa Latina que, en la mayoría de los países bajo influencia de Estados Unidos y de la OTAN, se impidió a la resistencia y sus aliados desarrollar campañas electorales; mientras, otros recibieron dinero del extranjero.
Líbano reconoce 18 confesiones de fe y de acuerdo con la Constitución el presidente de la República tiene que ser cristiano maronita; el primer ministro, musulmán sunita; y el titular del Parlamento, musulmán chiita, y así sucesivamente con otras religiones.
El país con costas al mar Mediterráneo arrastra a este escenario electoral una deuda política y social: las manifestaciones en otoño de 2019 y la explosión en el Puerto de Beirut en agosto de 2020 que ocasionó más de 200 muertos.
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