“La Covid-19 hizo que el pasado año se duplicara el número de camas para manejo de adicción al alcohol y drogas en adultos”, dijo Rivera-Plaza en un foro del Centro Unido de Detallistas.
Según la CEO del hospital San Juan Capestrano, identificaron cinco señales en casos clínicos donde fue necesaria la intervención de profesionales de la salud mental.
En el primero de ellos, dijo, los pacientes presentan ansiedad con el cambio constante de emociones, donde asoma la irritabilidad y el malhumor.
La segunda señal inequívoca, de acuerdo con Rivera-Plaza, lo es la depresión acompañada de falta de energía, dificultad para dormir y problemas para concentrarse.
“Todo esto ha hecho que se dupliquen las admisiones por depresión severa ligada mayormente a la pérdida de seres queridos víctimas de la pandemia y, como segundo motivo, están los divorcios”, apuntó.
Adujo que, en los adolescentes, el manejo de aislamiento, los estudios en línea y la falta de socialización han sido combustible para generar problemas de salud mental.
Sostuvo que hay otras señales que tenemos que identificar, estamos en tiempos difíciles; debemos identificar las señales por las cuales una persona puede tener afectada su salud mental.
Otra evidencia es el descuido de la salud personal, según Rivera Plaza, que nos dirige a las admisiones de condiciones de salud mental agudas o en crisis combinadas con condiciones físicas.
La consecuencia de esto es un aumento en servicios de medicina interna y el uso descontrolado de servicios en los hospitales.
“La presencia de desesperanza en una persona que habla mucho de los costos de la vida subiendo, la guerra, la vacunación sí o no y el poco acceso a profesionales de salud mental son señales que hay que atender”, ratificó.
La experta sostuvo que, en el área de la salud mental, Puerto Rico presenta un cuadro de preocupación que incluye un alza de pacientes mayores abandonados por familiares en los hospitales, adolescentes sin metas profesionales y la falta de empleados en los negocios.
“Las ideas suicidas pueden identificarse cuando una persona se aísla negándose a compartir su dolor emocional, muchas veces actuando de una manera que pone en riesgo, no sólo a sí mismo, también a otras personas”, apuntó Rivera-Plaza.
Destacó que en estos casos es necesario procurar ayuda profesional inmediatamente.
Sugirió que los amigos, familiares y compañeros de labores tienen una gran responsabilidad para ayudar a una persona que presenta instintos suicidas.
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