Así lo ratificó el líder de la Resistencia islámica libanesa, Hassan Nasrallah, al considerar que la magnitud de las crisis financiera, monetaria, económica y social del país no permite a ningún campo político abordar la situación por sí solo.
El jefe de Hizbulah llamó a sus rivales a la calma y dar prioridad mediante la asociación a los asuntos pendientes antes de los comicios, los cuales causan dolor al pueblo.
Nasrallah subrayó que el voto de los libaneses eligió un órgano legislativo formado por bloques tradicionales e independientes y en el presente ningún partido político posee la mayoría parlamentaria.
Instó a sus seguidores a aferrarse a la resistencia, la paz civil, la coexistencia y la prioridad para abordar las crisis sociales y económicas.
Consideró que Hizbulah y sus aliados tienen una presencia fuerte y grande en el nuevo Parlamento, al tiempo que abogó por la calma, la estabilidad y la no provocación a otras orientaciones políticas.
Agradeció a los líderes y cuadros de la Resistencia y a todas las autoridades oficiales involucradas en la organización de las elecciones.
Hizbulah sumó 16 escaños y junto a los 15 del Movimiento Amal consolidaron su posición dentro del bloque chiita.
Alrededor del 41 por ciento de los cerca de cuatro millones de libaneses inscritos en el padrón electoral ejerció su derecho constitucional el domingo pasado, ocho puntos por debajo de los votantes en 2018.
El próximo lunes 23 de mayo, los 128 miembros del nuevo Parlamento tomarán sus asientos en el inicio de sus funciones hasta 2026 y con el compromiso de elegir al presidente del órgano legislativo y formar el gobierno sin crisis prolongadas.
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