El organismo internacional revisó a la baja sus proyecciones al incluir en los cálculos los efectos del conflicto en Ucrania, las sanciones impuestas desde Occidente hacia Rusia y la inflación ascendente a nivel global.
Según el informe publicado este miércoles, el panorama para la región latinoamericana y caribeña continúa siendo complicado.
«La guerra en Ucrania, las crecientes presiones inflacionistas y la reducción del apoyo de la política macroeconómica representan importantes vientos en contra de la recuperación», amplió.
Por otra parte, influyen en la situación económica la ralentización del crecimiento en Estados Unidos y China, los dos principales socios comerciales del área, y unos costos mayores del endeudamiento.
No obstante, la revisión a la baja fue menor en los países latinoamericanos que en las economías europeas, asiáticas y estadounidense; pues a principios de año la ONU ya alertó sobre una clara ralentización allí.
Ahora, en medio de una fuerte subida de los precios alimentarios y energéticos, las perspectivas económicas se equiparan a nivel global. Específicamente en la región, se espera que los precios suban alrededor de un 14,6 por ciento en 2022.
Una vez más, la ONU alertó que la crisis golpeará con más fuerza a los hogares vulnerables, en tanto aumentará el riesgo de inseguridad alimentaria y de malestar social.
En el caso específico del Caribe, pese a una pequeña revisión negativa, la economía crecerá a buen ritmo (11,2 por ciento) gracias a la recuperación del turismo tras el golpe provocado por la pandemia.
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