De acuerdo con los registros del organismo multilateral, esa es la cifra más alta desde 2014.
Así expuso el portavoz del secretario general de Naciones Unidas, Stéphane Dujarric, quien se hizo eco de un informe de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) sobre esa alarmante situación.
Según tales proyecciones, Burkina Faso, Chad, Mali y Níger experimentarán muy altos niveles de emergencia de inseguridad alimentaria durante la temporada de carestía entre junio y agosto, detalló el vocero.
Familias enteras están cerca de la inanición y por ello la OCHA anunció que destinará 30 millones de dólares más para aumentar la respuesta humanitaria en esos países.
La inyección de efectivo ayudará a las agencias de la ONU sobre el terreno, en tanto los seis llamamientos humanitarios lanzados a principios de este año para asistencia en el Sahel solo están financiados en menos del 12 por ciento.
Actualmente, de acuerdo con estadísticas de la OCHA, más de siete millones de niños menores de cinco años en la región del Sahel sufrirán problemas de desnutrición y 1,8 millones ya los padecen de forma grave.
El secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios y Coordinador del Socorro de Emergencia de Naciones Unidas, Martin Griffiths, apuntó que el Sahel ha llegado a esa grave situación de inseguridad alimentaria debido a «una combinación de violencia, inseguridad, extrema pobreza y precios de alimentos que alcanzan niveles récord».
Asimismo, añadió, el reciente aumento de los precios de los alimentos debido al conflicto en Ucrania amenaza con convertir una crisis de seguridad alimentaria en un desastre humanitario, y si no actuamos ahora, dijo, la gente morirá.
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