De acuerdo con el reporte, los brotes recientes en 11 países son atípicos, ya que ocurren en territorios no endémicos, y es probable la notificación de más enfermos a medida que se amplíe la vigilancia.
La OMS está trabajando con las naciones afectadas y con otras con el fin de expandir la pesquisa para, de esta manera, encontrar a las personas infectadas y brindar orientación sobre cómo manejar la dolencia, abundó.
“Continuamos convocando reuniones de expertos y grupos de asesoramiento técnico para compartir datos sobre el padecimiento y las estrategias de respuesta”, refirió.
Alertó además que como la viruela del simio se propaga a través del contacto personal, la atención debe centrarse en los individuos aquejados y en sus contactos cercanos.
“Quienes interactúan estrechamente con alguien enfermo corren un mayor riesgo de infección: esto incluye a los trabajadores de la salud, los miembros del hogar y las parejas sexuales”, apuntó la OMS.
El virus, añadió, es endémico en algunas poblaciones animales de varios países, lo que provoca brotes ocasionales entre la población local y los viajeros.
La entidad llamó asimismo a no estigmatizar a los enfermos pues, si las personas se abstienen de acudir a los centros asistenciales, esto puede significar una barrera para poner fin a la propagación del padecimiento.
Acorde con la entidad, no existen tratamientos ni vacunas específicas contra la infección por el virus de la viruela símica, o del mono, aunque se pueden controlar los brotes.
“En el pasado, la vacuna antivariólica demostró una eficacia del 85 por ciento para prevenirla. Sin embargo, ya no está accesible al público, puesto que se suspendió su producción tras la erradicación mundial del padecimiento. Con todo, la inmunización antivariólica previa ayudaría a un evolución más leve de la dolencia”, divulgó.
Pese a manifestarse principalmente en las zonas remotas de África central y occidental, de la viruela símica se tienen reportes en al menos nueve países de Europa, Norteamérica y Australia.
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