Según dijo al Consejo de Seguridad la secretaria general adjunta de Naciones Unidas para Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz, Rosemary DiCarlo, las tecnologías digitales han creado nuevas posibilidades de trabajo y mejoran la capacidad para detectar crisis y diseñar estrategias con el fin de abordarlas.
Pero también hay numerosos riesgos, entre los cuales se incluye el uso de armas autónomas letales y la utilización de las redes sociales para alimentar la violencia y difundir la desinformación.
En ese sentido, reiteró la posición del secretario general de la ONU, António Guterres, quien señaló que las máquinas con el poder de quitar vidas sin la participación humana son políticamente inaceptables, moralmente repugnantes y deberían estar prohibidas por el derecho internacional.
DiCarlo ofreció ejemplos de cómo la ONU emplea la facilidades digitales para recopilar información, monitorear los cese el fuego y relacionarse con miles de personas en áreas de conflicto.
El año pasado, el organismo multilateral lanzó una estrategia para la transformación digital de las operaciones de mantenimiento de la paz, la cual busca aprovechar al máximo el potencial de las nuevas tecnologías con el fin de aumentar la eficacia de ese trabajo.
Cuando dio a conocer la estrategia, Guterres advirtió que las herramientas digitales plantean amenazas desconocidas, como se observa en la proliferación de ideologías extremistas violentas en Internet o en el aumento de los ciberataques.
Las nuevas tecnologías cambian la magnitud y la velocidad de los ataques, así como el carácter y la naturaleza de la violencia y la destrucción en la guerra, con un impacto indeleble en las poblaciones civiles, subrayó en esa oportunidad el titular.
El mantenimiento de la paz de la ONU fue concebido en un mundo analógico, recordó el diplomático portugués, por lo cual urge adaptar esas operaciones al mundo digital para poder hacer frente a los retos de hoy y de mañana.
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