La jefa del departamento de investigación de Virología del Instituto Conmemorativo Gorgas, a cargo de estudios de la salud, Sandra López, dijo a la prensa que realizan gestiones para comprar insumos de laboratorio capaces de diagnosticar posibles brotes de la enfermedad.
La científica manifestó que, además, en el Instituto Gorgas cuentan con laboratorios con el nivel de bioseguridad requerido tanto para el diagnóstico del virus de la viruela del mono por biología molecular, como para el aislamiento viral.
Por su parte, ante la extensión de la dolencia, en la nación canalera la directora de Salud, Melva Cruz, detalló que se ha intensificado el chequeo en los puntos de entrada en el país con el objetivo de poder captar y abordar oportunamente los casos sospechosos.
Cruz acotó que están evaluando salas de aislamiento en algunos hospitales para constatar que están preparadas para cualquier paciente que se pueda presentar.
La viruela del mono no se ha documentado en Panamá ni en naciones vecinas, y como no es un virus endémico tampoco es parte de la vigilancia viral rutinaria del país y la región.
De acuerdo con la coordinadora del Programa Ampliado de Inmunización, Itzel de Hewitt, el último caso de viruela o brote se dio aquí en 1965, y se aplicaron entonces unas 100 mil dosis de vacunas.
Sin embargo, añadió, las personas vacunadas contra la viruela humana antes de 1985, previo a la erradicación mundial de los casos, poseeen un riesgo reducido de sufrir la enfermedad, ya que esa inyección tiene un 80 por ciento de efectividad contra la variante.
Los niños y jóvenes en este momento representan la población más vulnerable y los expertos aseguran que las medidas de prevención son similares a las de la Covid-19.
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