En un discurso ante el Parlamento de Angola, el también titular en ejercicio de la Unión Africana (UA) consideró que los tres factores: ignorancia, pobreza y exclusión social alimentan las frustraciones y la violencia en el continente.
Entre los referentes del pensamiento emancipador, el mandatario distinguió el legado de Antonio Agostinho Neto, el padre fundador de la nación angoleña, por su contribución panafricanista a la búsqueda de la independencia y progreso de los pueblos.
La experiencia de Angola, opinó, es una lección de vida y resiliencia porque, al precio de mucha sangre, sudor y lágrimas, logró la liberación y luego la paz, algo fundamental para iniciar el camino de la reconstrucción y el desenvolvimiento socioeconómico.
Según estimó, el terrorismo y los conflictos internos subsistentes en el área ponen en riesgos los procesos de pacificación, los cuales deben contribuir a los esfuerzos de la reconstrucción, la integración regional y el cumplimiento de las promesas inscritas en la agencia de desarrollo de la UA de cara a 2063.
Las batallas de hoy en día contemplan igualmente el combate contra todas las formas de discriminación de las mujeres y las niñas, así como la exigencia africana de un multilateralismo más transparente e inclusivo, comentó.
Establecido después de la II Guerra Mundial, el orden internacional vigente es obsoleto; solicitamos, ejemplificó, una mejor representación de África en el Consejo Seguridad de las Naciones Unidas y un orden económico más justo e inclusivo, que asegure a los países del continente las fuentes para el desarrollo.
Otro frente de lucha está vinculado a la explotación de los recursos naturales, asegurando los derechos de los inversores y los países anfitriones, sopesó Sall, quien reclamó una transición energética justa para las naciones en desventaja.
El político reconoció la pertinencia de impulsar la llamada transición energética en favor del medio ambiente global, pero llamó la atención sobre el retraso africano, pues millones de habitantes carecen todavía de electricidad y y tampoco esta parte del planeta consiguió la anhelada industrialización.
Asimismo, alertó sobre las corrientes hegemónicas, que dictan formas de pensar y actuar en el mundo, frente a lo cual, recomendó, África debe salvaguardar los valores de sus culturas y civilizaciones.
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