El paquete es bienvenido, pero debido a que el futuro sigue siendo sombrío y muchas familias ya están en dificultades, está claro que se necesitarán más medidas, afirmó la Work Foundation, un tanque pensante que desde 1918 se dedica a analizar el mercado laboral en el Reino Unido.
De acuerdo con esa institución independiente, en lugar de aplicar ´curitas económicas´, el gobierno debería priorizar la creación de puestos de trabajo más seguros y mejor remunerados.
La Social Market Foundation también acogió con beneplácito los desembolsos anunciados la víspera por el ministro de Hacienda, Rishi Sunak, pero cuestionó a las autoridades por la demora en decidirse.
Si el gobierno hubiese escuchado nuestras sugerencias y tomado las medidas a inicios de año, nos hubiésemos ahorrado todos estos meses de vacilación e inseguridad, comentó el economista principal de la entidad, Aveek Bhattacharya, quien apuntó, no obstante, que ´mejor tarde que nunca´.
Según el ministro de Hacienda, el Estado desembolsará otros 15 mil millones de libras (19 mil millones de dólares) para ayudar a amortiguar la crisis del costo de la vida, que las autoridades achacan al incremento global del precio de los combustibles, a los coletazos de la pandemia de Covid-19 y al impacto de la guerra ruso-ucraniana.
El paquete financiero de emergencia contempla la entrega de 650 libras (815 dólares) por una única vez a las familias de menos ingresos y un descuento anual de 400 libras (500) sobre la factura energética para todos los hogares del país.
Las personas discapacitadas y los pensionados también recibirán una ayuda monetaria adicional de unas 150 libras.
De acuerdo con Sunak, alrededor de un tercio de ese multimillonario gasto adicional será compensado por el impuesto temporal que por primera vez se aplicará a las ganancias que obtienen las trasnacionales petroleras y gasíferas.
El primer ministro Boris Johnson se opuso durante meses a imponer el gravamen inicialmente propuesto por la oposición laborista, por lo que el inesperado giro en U levantó sospechas entre sus detractores de que se trata de una maniobra para alejar la atención del público sobre el escándalo por las fiestas celebradas en el despacho del gobernante durante la cuarentena.
La crisis del costo de la vida en el Reino Unido se acrecentó en abril pasado, con la entrada en vigor de un aumento del 54 por ciento de la tarifa de electricidad y gas para millones de hogares británicos.
El ente regulador de la energía alertó a principios de esta semana que el pago anual por esos servicios, que ahora promedian unos dos mil 400 dólares, podría superar los tres mil 500 dólares a partir de octubre, para cuando está previsto que se apruebe un nuevo tope tarifario.
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