La reunión prevista para el martes 7 de junio dará continuidad al período ordinario de la vigésima cuarta legislatura, luego de la reelección ayer de Berri al frente de la institución por séptima ocasión consecutiva desde 1992.
En su primera sesión del mandato 2022-2026, los 128 nuevos diputados nombraron además del titular del órgano, al vicepresidente, dos secretarios y tres comisionados.
La ratificación de Berri es considera por analistas como un apoyo político dentro del Estado libanés al establecer un equilibrio para la comunidad chiita en términos de representación.
El político de 84 años y líder del Movimiento Amal obtuvo 65 votos a favor, en comparación con 40 papeletas canceladas y 23 en blanco.
Los próximos meses el escenario político estará condicionado por las consultas para nombrar un nuevo primer ministro, en el período previo a las elecciones presidenciales de fines de año.
El país reconoce 18 confesiones de fe, mientras el pacto nacional para la independencia de Francia en 1943 estableció que el presidente de la República debe ser cristiano maronita, el primer ministro musulmán sunita y el titular del parlamento chiita, y así sucesivamente con los otros cargos.
Sin embargo, el acuerdo de Taif de 1989, que puso fin a la guerra civil libanesa (1975-1990), estableció una fórmula de reparto del poder basada en cuotas que otorga a cada una de las grandes comunidades religiosas (musulmana y cristiana) 64 puestos en el parlamento.
Los libaneses acudieron a las urnas el pasado 15 de mayo en medio del escepticismo ante el surgimiento de un gobierno capaz de impulsar la recuperación económica y financiera.
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