En la revista estadounidense Science, el equipo implicado de la Universidad de Ámsterdam, Países Bajos, describió cómo utilizaron algoritmos geoespaciales avanzados para mapear las áreas óptimas para la protección de especies y ecosistemas terrestres en todo el mundo.
«Debemos actuar rápido, nuestros modelos muestran que más de 1,3 millones de kilómetros cuadrados, un área más grande que Sudáfrica, probablemente tenga su hábitat despejado para uso humano para 2030, lo cual sería devastador para la vida silvestre», enfatizó el autor principal, James Allan.
Hace más de una década los gobiernos establecieron un objetivo global para conservar al menos el 17 por ciento de las áreas terrestres a través de zonas protegidas y otros enfoques, recordó el especialista Kendall Jones.
Sin embargo, señaló, para 2020 estaba claro que esto no era suficiente para detener la disminución de la biodiversidad y evitar la crisis.
Sugerimos que son cruciales objetivos y políticas más ambiciosos para mantener la integridad ecológica, repensar lo discutido hacia 2030 de alcanzar un 30 por ciento, acotó.
Si las naciones se toman en serio la protección de la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas que sustentan la vida en Tierra, entonces requieren aumentar de inmediato sus esfuerzos en tal sentido, aseveró Jones.
Los resultados de la investigación -aseguraron los participantes- proporcionan información esencial para la conservación y la planificación del desarrollo y pueden ayudar a guiar futuras agendas de protección nacionales e internacionales.
Las tierras identificadas no necesariamente deberían ser designadas como áreas protegidas, sino más bien administradas a través de una amplia gama de estrategias para la conservación de especies y ecosistemas, indicó el texto.
El documento pidió otras medidas efectivas de conservación basadas en áreas y políticas efectivas de uso sostenible de la tierra cuando sea adecuado.
“Las acciones de conservación que promueven la autonomía y la autodeterminación de las personas que viven en esta tierra, al mismo tiempo que mantienen la integridad ecológica, son cruciales”, planteó Allan.
Tenemos muchas herramientas de conservación efectivas disponibles, desde empoderar a los pueblos indígenas para administrar su entorno natural, hasta políticas que limitan la deforestación o brindan opciones de medios de vida sostenibles y, por supuesto, áreas protegidas», destacó.
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