Matizada por la leyenda, la historia asegura que Jean Jacques Dessalines, luego emperador, realizó este acto un 18 de mayo, tras el Congreso de Arcahie, donde los líderes revolucionarios que hasta entonces peleaban en frentes separados acordaron luchar por la independencia.
La enfermera y estratega militar Chaterine Flon, cuyos restos descansan en el Panteón de los Héroes haitianos, cosió las partes azul y roja, las dispuso en posición vertical y estampó el lema “Libertad o Muerte”. Nacía así la bandera, paradigma del carácter de resistencia y combate de un pueblo oprimido.
“A los ojos de la masa de negros, la tricolor simbolizaba la unión de las tres clases de la colonia: los blancos, los mulatos y los negros. En un rápido movimiento, Dessalines suprimió el color blanco”, expuso la investigadora Elmide Méléance en su libro Libertades revolucionarias: una historia de supervivencia, fuerza e imaginación en Haití.
En sus más de dos siglos, el emblema tuvo al menos siete modificaciones. Poco después de su creación en Arcahie, tras la declaración de la independencia, las franjas regresaron a la posición horizontal, y luego de la proclamación de Dessalines como emperador se sustituyó la lista azul por una negra.
El también patriota Alexander Petion, quien asumió el poder de la zona sur del país después del asesinato de Jean Jacques, retomó el azul y el rojo de 1804, y añadió la frase “La unión hace la fuerza”, junto a un recuadro blanco en el cual se mostraban las armas de la República.
Al norte, sin embargo, el autonombrado rey Henri Christophe adoptó una insignia propia hasta su suicidio en 1820. Durante la dictadura de François y Jean Claude Duvalier esta volvió sufrir cambios.
La de hoy, oficializada en 1986 tras la caída de los Duvalier y ratificada por la Constitución del año siguiente, es la misma que ondeaba bajo la presidencia de Petion, fundador de la primera República.
Este último mayo, a propósito de los festejos por el aniversario de la bandera, el primer ministro, Ariel Henry, recordó que se origen fue fruto de un consenso nacional, lo cual debía inspirar a todos los ciudadanos a desterrar las divisiones y redescubrir el espíritu unitario en aras de la estabilidad nacional.
(Tomado de Orbe)