El informe publicado por la Confederación Nacional de Agricultores de Italia (Coldiretti) apunta que el impacto de esos fenómenos naturales en el sector es de unos nueve mil millones de euros, y afirma que la crisis podría provocar el cierre del 11 por ciento de las fincas.
“Enfrentamos largos períodos de sequía intercalados con perturbaciones que provocan eventos catastróficos, como granizadas muy intensas” señaló Lorenzo Bazzana, gerente económico de Coldiretti, quien precisó que “el principal problema radica en la baja disponibilidad de agua”.
La actual sequía destruye cultivos de verano como los del maíz, el tomate, la soja y el girasol, así como los de muchas frutas, añadió el especialista.
El reporte cita además un reciente estudio del Consejo de Investigación y Análisis de la Economía Agrícola, que refiere un incremento en los costos que van desde el 170 por ciento, en el caso de los fertilizantes, hasta el 90 por ciento de los piensos y el 129 por ciento del gasóleo.
Uno de cada tres agricultores italianos, según este estudio, se ve obligado a trabajar en una condición de ingresos negativos, debido al aumento de los costos de producción.
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