Fernando Hiraldo, coordinador residente de la ONU en el país, recordó la vulnerabilidad de la nación caribeña que sufre constantemente las dolorosas consecuencias de la degradación de los ecosistemas, la desaparición de la biodiversidad y el cambio climático, entre otras problemáticas, aseguró.
“Ante una situación así, ya no es cuestión de mantener la línea, de escatimar esfuerzos. Se ha convertido en una misión, e incluso en una responsabilidad para con nosotros mismos, para con nuestras comunidades, para con la tierra que debemos salvaguardar a toda costa”, dijo el representante.
Asimismo, señaló que el organismo mundial apoya los esfuerzos de las autoridades nacionales, así como las organizaciones de la sociedad civil en la adopción y aplicación de políticas y mecanismos para proteger el medio ambiente.
Hiraldo subrayó la urgencia de fortalecer la resiliencia de las comunidades, promover e invertir en energías verdes, renovables y sostenibles, además del cuidado de los ecosistemas y la biodiversidad, al tiempo que se refuerzan las infraestructuras de gestión y reciclaje de residuos.
En Haití la erosión del suelo y los corrimientos de tierra relacionados con la deforestación, el aumento de la contaminación y de los residuos como consecuencia de la urbanización y una serie de catástrofes naturales provocaron el deterioro del ecosistema, y son más visibles los efectos del cambio climático.
Este panorama incide en la inseguridad alimentaria, que actualmente afecta a más de 4,4 millones de personas, agravando la pobreza y la migración.
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