Estos organismos originan los alimentos, los combustibles, los materiales y las medicinas de los que depende la sociedad moderna, pero tenemos una comprensión deficiente de cómo funcionan, declaró el profesor asistente de química e ingeniería ambiental en la casa de altos estudios de California, Riverside, Robert Jinkerson.
“Una forma común de aprender más sobre biología es la mutación genética y luego ver cómo eso afecta, observar qué pasa”, subrayó el experto, con quien se vincularon miembros de las universidades de Princeton y de Stanford.
Al generar mediante pruebas millones de puntos de datos utilizando mutantes de algas y herramientas automatizadas, identificamos el papel en la fotosíntesis, la respuesta al daño del ADN, al estrés por calor o frío, a la química tóxica y a los depredadores de cientos de genes mal caracterizados antes, remarcaron los autores del artículo.
Muchas de las funciones hereditarias en las algas también se conservan en las plantas, una información que se puede usar para diseñar unas más tolerantes a las temperaturas extremas, entre otras, todo lo cual será cada vez más importante a medida que el cambio climático amenaza el suministro de alimentos, acotaron.
El hallazgo –apuntaron en el texto- mejorará las estrategias de ingeniería para más producción de por ejemplo biocombustibles, mientras diferentes cultivos podrán modificarse genéticamente para aumentar el rendimiento y el valor nutricional, así como para ganar resistencia a plagas, herbicidas o enfermedades.
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