Varias gasolineras de la capital cerraron en los últimos días, mientras argumentaron que no contaban con existencias, pese a que el fin de semana llegaron al puerto de la capital 69 mil barriles de combustible, y se espera una entrega de otros 100 mil antes del jueves.
Las pocas estaciones que ofrecen servicios se encuentran abarrotadas no solo con residentes de Puerto Príncipe, sino de departamentos del sur, donde el racionamiento es aún mayor y ya provocó manifestaciones.
En Jacmel, al sudeste de la capital, cientos de personas salieron a las calles para exigir la disponibilidad de los carburantes y critican tener que pagar hasta mil gourdes por galón (unos nueve dólares) en el mercado informal.
Deploraron, asimismo, que la escasez afecta el funcionamiento del comercio, así como de instituciones públicas y privadas y ya perturba el precio de los alimentos y otros productos de primera necesidad.
El Gobierno aún no se pronunció sobre esta nueva crisis, sin embargo, Marc André Dériphonse, presidente de la Asociación Nacional de Propietarios de Estaciones de Servicio, denunció un mal manejo de los productos derivados del petróleo, y sugiere la necesidad de un aumento en los precios.
“Haití enfrenta stocks insignificantes desde el alza del precio de estos productos en el mercado internacional. El subsidio estatal haitiano no es suficiente. Con cada compra hay una delimitación en la cantidad de los envíos y las empresas no pueden hacer pedidos como de costumbre por el exceso de precio de estos productos desde la guerra entre Rusia y Ucrania”, aseguró Dériphonse al diario Le National.
Insistió en que el Estado no tiene fondos suficientes para continuar subsidiando los carburantes, y a la vez financiar los programas sociales.
En diciembre pasado las autoridades aprobaron un aumento de hasta el 115 por ciento de los precios del combustible, no obstante, sus detractores señalaron que el importe ahorrado aún no se tradujo en ayuda a los más vulnerables como prometió el Gobierno.
car/ane