Realizado por la Red Brasileña de Investigación en Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional (Penssan), un primer estudio, publicado en abril del año pasado, estimaba en 19 millones el total de personas en el gigante sudamericano que no tenían nada que comer diariamente en 2020.
De esta manera alrededor de nueve millones más que en 2018, cuando esa población anexaba 10,3 millones de personas.
El portal G1, que cita la investigación, asegura que la crisis provocada por la pandemia está directamente relacionada con el avance, aun mayor, del hambre en los últimos dos años.
Tal calamidad sanitaria brotó en este contexto de aumento de la pobreza y la miseria, y trae aun más desamparo y sufrimiento, apuntó Ana Maria Segall, médica epidemióloga e investigadora de la Penssan.
«Los caminos escogidos para la política económica y la gestión inconsecuente de la pandemia solo podrían llevar al aumento aún más escandaloso de la desigualdad social y del hambre en nuestro país», recalcó.
Brasil retrocedió a un nivel equivalente al de la década de 1990, estimó la Penssan al divulgar el resultado de su segunda encuesta.
Un levantamiento anterior señaló que el escenario del hambre se remontaba a lo observado en 2004.
«La continuidad del desmonte de políticas públicas, el empeoramiento en el escenario económico, la agudización de las desigualdades sociales y el segundo año de la pandemia de Covid-19 hicieron el cuadro de esta segunda investigación aún más perverso», enfatizó la red.
El estudio se realizó entre noviembre de 2021 y abril de 2022, a partir de entrevistas realizadas en 12 mil 745 hogares, distribuidos en áreas urbanas y rurales de 577 municipios de las 27 unidades de la federación (26 estados más el Distrito Federal).
La metodología de la investigación consideró la Escala Brasileña de Inseguridad Alimentaria (EBIA), utilizada por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística para mapear el hambre. Para la EBIA, la seguridad alimentaria representa el acceso pleno y regular a los alimentos de calidad, en cantidad suficiente, sin comprometer el acceso a otras necesidades esenciales.
La encuesta mostró que 125,2 millones de brasileños viven con algún grado de inseguridad alimentaria, cifra que corresponde a más de la mitad (58,7 por ciento) de la población del país (un poco más de 213 millones de habitantes).
En comparación con 2020, tal flagelo aumentó en un 7,2 por ciento y respecto a 2018, la escalada llega al 60.
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