Según el diario Página 12, el órgano de control interno del Poder Ejecutivo Nacional precisó que la adquisición tuvo lugar en 2017 bajo el pretexto de emplear las aeronaves en supuestas acciones de vigilancia durante la Cumbre del G20 celebrada en esta capital en 2018.
No obstante, los aparatos llegaron en mayo de 2019 y nunca fueron utilizados.
De acuerdo con los reportes remitidos a la Oficina Anticorrupción, los aviones de combate Super Etendard fueron declarados en desuso por la Marina francesa, pero el entonces ministro argentino de Defensa, Oscar Aguad, decidió comprarlos de todas formas.
El precio definitivo de todos los materiales –aviones y elementos complementarios- fue de 12 millones 550 mil euros, efectuado en una única transferencia bancaria. El gobierno nacional asumió todos los gastos de retiro, transporte y estacionamiento, apunta el documento emitido por la Sindicatura.
También pagó un millón 346 mil 255 por elementos como piezas de recambio, documentación técnica para las reparaciones, bancos y valijas de prueba, un simulador de vuelo y herramientas, añade el texto.
La adquisición se hizo sin tener en cuenta recomendaciones de la Armada Argentina y a pesar de que piezas como los asientos eyectables son de fabricación británica, por lo que su compra por este país está prohibida.
«Las aeronaves no se encontraban en condiciones de volar y requerían la ejecución de una serie de trabajos para su puesta en funcionamiento», apuntó la auditoría realizada.
Además, señaló el incumplimiento de plazos, la inexistencia de análisis técnicos y financieros previos, así como de reparaciones.
Como consecuencia, los aviones no se encuentran en condiciones de prestar servicio y nunca estuvieron operativos, concluyó.
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