“Los individuos que experimentaban malos sueños frecuentes tenían el doble de probabilidades de ser diagnosticados posteriormente con Parkinson que los que no lo hacían”, subrayan los expertos en un artículo publicado en la revista eClinicalMedicine.
Los participantes que informaron de pesadillas al menos una vez a la semana fueron seguidos al final del estudio para ver si eran más propensos a ser diagnosticados con la enfermedad de Parkinson, y de tres mil 818, 91 fueron positivos.
Descubrieron que los tenían dichas afectaciones frecuentes tenían el doble o el triple de probabilidades de desarrollar la enfermedad en comparación con los que no las tenían.
De acuerdo con los especialistas, los resultados sugieren que los adultos mayores que algún día serán diagnosticados con dicha dolencia son propensos a comenzar a experimentar malos sueños y pesadillas unos años antes de desarrollar los rasgos característicos de este mal.
El estudio también muestra que los sueños pueden revelar información importante sobre la estructura y el funcionamiento del cerebro y esto serviría para la investigación neurocientífica.
Ahora el equipo tiene previsto utilizar la electroencefalografía para estudiar las razones biológicas de los cambios en los sueños y verán si este problema también guarda relación con otras dolencias neurodegenerativas como el Alzheimer.
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