El equipo formado por investigadores de las universidades de Harvard y Boston explicó que la prenda robótica —dispositivo portátil que utiliza actuadores accionados por cable y sensores que se llevan alrededor de la cintura y los muslos— da un suave empujón a las caderas cuando la pierna se balancea, ayudando a lograr una zancada más larga.
Los expertos descubrieron que solo una pequeña cantidad de asistencia mecánica de esta prenda robótica producía efectos instantáneos y mejoraba consistentemente el caminar a través de una gama de condiciones para el individuo del estudio, según aparece en Nature Medicine.
Para llegar a este resultado estuvieron seis meses trabajando con un hombre de 73 años con enfermedad de Parkinson quien, a pesar de utilizar tratamientos quirúrgicos y farmacológicos, soportaba episodios de congelación considerables e incapacitantes más de 10 veces al día, lo que le provocaba caídas frecuentes y le impedía caminar.
A partir de los datos de movimiento recogidos por los sensores, los algoritmos estiman la fase de la marcha y generan fuerzas de asistencia junto con el movimiento muscular.
El efecto fue instantáneo en el paciente, pues sin ningún entrenamiento especial pudo caminar sin congelarse en interiores y sólo con episodios ocasionales al aire libre.
También pudo andar y hablar sin «congelarse», algo poco frecuente sin el dispositivo.
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