La alta funcionaria rusa explicó en conferencia de prensa que tal situación depende en gran medida de los volúmenes de petróleo que se puedan redirigir a otros mercados y de que la disminución de los volúmenes se vea compensada por el precio.
Nabiúllina se refirió al impacto de las nuevas medidas aprobadas recientemente por la jefatura de la Unión Europea, el llamado sexto paquete de sanciones antirrusas, que incluye un embargo parcial sobre las importaciones de petróleo ruso, la desconexión del banco ruso Sberbank del sistema interbancario internacional SWIFT, entre otras restricciones.
Advirtió que los riesgos de sanciones secundarias persisten y subrayó que la mayoría de las empresas con actividades económicas externas experimentan problemas.
En tal sentido, puso como ejemplos las dificultades para establecer contactos con nuevos proveedores, realizar pagos, buscar nuevos mercado o entregar productos por nuevas rutas. En su opinión, resolver estos problemas llevará mucho tiempo.
No obstante, destacó que en términos de recursos financieros, Rusia tiene todas las posibilidades y capacidades para pagar su deuda externa. “La voluntad de pagar también la tenemos y el Ministerio de Finanzas mostró todas las opciones”, aclaró.
Según la presidenta del Banco Central ruso, el problema principal que enfrenta el país en este tema está vinculado a los obstáculos técnicos para pagar la deuda soberana en moneda extranjera, con restricciones en las operaciones bancarias internacionales.
Enfatizó que, sin embargo tal situación no afecta el cumplimiento de las obligaciones del Estado con los ciudadanos rusos y los residentes en el país que compraron bonos federales de préstamo (OFZ).
Puntualizó que la protección de los derechos de los inversores minoristas es una prioridad en la política del regulador financiero ruso, incluso antes de la introducción de restricciones externas.
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