Durante el encuentro, Al-Saadi reiteró el entusiasmo del Consejo de Liderazgo Presidencial y el gobierno yemení para apoyar los esfuerzos del enviado especial, a pesar de la intransigencia mostrada por las milicias hutíes y su falta de seriedad de cara a participar de buena fe en esos esfuerzos.
Ahora se trabaja en la apertura de las carreteras principales y el levantamiento de puntos y barreras que permitan la circulación de ciudadanos y el flujo de alimentos y materiales, indicó el diplomático yemení.
La aprobación para prorrogar la tregua se deriva de la firme posición del Consejo de Liderazgo Presidencial de aliviar el sufrimiento del pueblo y poner fin al conflicto, recalcó.
Asimismo, rechazó que se empleen las cuestiones humanitarias con fines políticos.
El embajador yemení destacó la necesidad de seguir presionando a las milicias hutíes para que implementen plenamente los términos del armisticio y levanten de inmediato el asedio a Taiz, como un paso importante hacia el logro de un acuerdo integral sobre un alto el fuego.
También reiteró su compromiso con una solución política del conflicto y subrayó la necesidad de detener el saqueo de los recursos derivados del petróleo por parte de los insurgentes.
En tanto, el enviado especial de la ONU agradeció el apoyo mostrado por el gobierno de Yemen a sus esfuerzos para aliviar el sufrimiento de la población de ese territorio.
Igualmente, señaló su compromiso de seguir trabajando por la plena implementación de los términos de la tregua negociada, incluida la apertura de carreteras en Taiz, lo cual considera esencial en el camino hacia una paz integral, justa y sostenible.
Grundberg visitó Saná la semana pasada para discutir, entre otros temas, la propuesta de la ONU para la reapertura gradual de carreteras en Taiz y otras gobernaciones, y facilitar el movimiento de los civiles y de bienes materiales.
Yemen padece desde hace años una compleja situación humanitaria, en gran medida, debido al conflicto que enfrenta a tropas gubernamentales con rebeldes hutíes.
La crisis escaló en 2015 con el comienzo de bombardeos de una coalición antiinsurgente liderada por Arabia Saudita.
car/ifb