Después de esta operación, las rebeldes se movilizan hacia el injerto en busca de su destrucción, pero son eliminadas por una molécula llamada FasL, explicó en un artículo un equipo de las estadounidenses universidades de Missouri, Harvard e Instituto de Tecnología de Georgia.
Calificó de una ventaja la oportunidad de renunciar potencialmente a toda una vida de tomar medicamentos inmunosupresores, que contrarrestan la capacidad del sistema inmunitario para buscar y acabar con un objeto extraño cuando se introduce en el cuerpo.
“El principal problema con los fármacos inmunosupresores es que no son específicos, por lo que pueden tener muchos efectos adversos, como altas instancias de desarrollo de cáncer”, precisó uno de los autores principales Haval Shirwan.
Entonces, usando nuestra tecnología, encontramos una manera de modular o entrenar el sistema inmunológico para que acepte, y no rechace, estas células trasplantadas, aseveró el experto.
Shirwan y Esma Yolcu, igualmente profesora de salud infantil y microbiología molecular e inmunología en la Facultad de Medicina de Missouri, llevan las últimas dos décadas enfocados en hallar un mecanismo para contrarrestar la diabetes tipo 1.
La enfermedad, según estimaciones oficiales, afecta a alrededor de 1,8 millones de estadounidenses con problemas potencialmente mortales, como enfermedades cardíacas, daño renal y pérdida de la visión.
Aunque se desarrolla en la niñez o la adolescencia, puede ocurrir en la edad adulta, no tiene cura y los tratamientos incluyen administrarse insulina, monitorear las dietas, controlar los niveles de azúcar en la sangre y hacer ejercicios con regularidad.
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