“Cuanto mayor es la velocidad por encima de los cuatro kilómetros por hora, menor parece ser el riesgo, ya que cada aumento de un kilómetro en la velocidad se asocia con una reducción del nueve por ciento en el riesgo”, subraya la fuente.
Al hacerlo a menos de tres kilómetros por hora es vinculado con un riesgo un 15 por ciento menor de diabetes tipo 2, independientemente del tiempo dedicado a caminar.
Cuando es superado los cuatro kilómetros por hora y se llega a seis el riesgo se reduce a un 39 por ciento.
«Aunque las estrategias actuales para aumentar el tiempo total de caminata son beneficiosas, también puede ser razonable animar a la gente a caminar a velocidades más rápidas para aumentar aún más los beneficios para la salud de caminar», sugieren los expertos.
Lo más importante es caminar, ya sea a paso bastante ligero o con zancadas, independientemente del volumen total de actividad física o del tiempo dedicado a caminar al día.
La marcha rápida garantiza estar físicamente más activos, una mayor masa muscular, mejor estado cardiorespiratorio y estado de salud general.
Según British Journal of Sports Medicine, el número mundial de adultos con diabetes de tipo 2 es actualmente de 537 millones, pero se espera que alcance los 783 millones en 2045.
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