Ciudadanos de colonias ubicadas al norte de Hermosillo mantienen ocupadas las calles del Centro Histórico para exigir el abastecimiento de agua potable y exhortaron a las autoridades a utilizar la Cuenca del Río Yaqui con vistas al consumo humano, sin privilegiar los consorcios cerveceros asentado en el sur de Sonora a quienes acusan de acaparar el preciado líquido.
El grito de “¡Queremos agua, queremos agua!”, “¡No más tandeos!”, se escucha de forma persistente, mientras líderes vecinales solicitan a las autoridades de los tres niveles de gobierno , ejidos, alcaldías y estado, agua para sus colonias del norte de Hermosillo.
Piden que finalmente se construya un ramal o un acuífero, y rechazaron la propuesta del gobierno estatal de construir una desalinizadora y se resuelva el asunto mediante métodos tradicionales más rápidos a través del acueducto ya existente.
Los habitantes de Sonora, al igual que los de Nuevo León y otras áreas cercanas a la frontera con Estados Unidos, acusan a las grandes empresas, principalmente cerveceras y maquiladoras, así como a hacendados potentados con enormes ganaderías, y productores de aguacate, de acabar con los acuíferos y les achacan el robo de agua en las represas.
Ignacio Peinado Luna, dirigente de la Unión de Usuarios, solicitó al alcalde de Hermosillo, Antonio Astiazarán Gutiérrez, invertir en la red hidráulica que desperdicia más del 40 por ciento del agua potable.
Exhortó al gobierno federal a que, a través de la Comisión Nacional del Agua, abastezca a Hermosillo con agua de la cuenca del Río Yaqui, pero es un grave problema ya que se trata de un litigio de años plantado por los indígenas de esa etnia contra los industriales que les han robado terrenos, ríos y manantiales.
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