«La Comisión Europea comenzó hoy el procedimiento de incumplimiento del protocolo de Irlanda del Norte contra el Reino Unido por infringir lo establecido por las partes en el acuerdo», explicó un comunicado de la entidad en su página web.
Según el informe del organismo, Londres impide la realización de los pasos necesarios del acuerdo pese a los reiterados llamados de la entidad al gobierno y señala que es «una clara violación del derecho internacional».
“El objetivo del proceso es restablecer el cumplimiento del protocolo en las áreas clave”, destacó.
La Comisión Europea retomó el procedimiento de infracción contra Reino Unido iniciado el 15 de marzo de 2021 por incumplir las normas de certificación para la circulación de productos agroalimentarios.
El pasado año el ejecutivo del bloque de los Veintisiete suspendió el protocolo de sanciones contra Londres en un «espíritu de cooperación constructiva».
Sin embargo, a falta de entablar una discusión significativa desde febrero y las acciones unilaterales de esta semana van en contra de este espíritu, afirmó la nota.
Si el Gobierno de Reino Unido hace caso omiso en dos meses, la entidad enviará el caso al Tribunal de Justicia de la UE, que a su vez podría determinar las multas.
Otros dos procesos tienen que ver con la infracción por Londres de las reglas sanitarias y fitosanitarias de la UE.
«En particular, Reino Unido está ejerciendo poco control y obstaculiza completar el personal necesario y la infraestructura adecuadas en los puestos de control de la frontera de Irlanda del Norte», informó la entidad.
Además, Londres objeta la entrega a la Unión Europea de determinados datos estadísticos sobre el comercio de Irlanda del Norte, tal y como exige el protocolo.
El gobierno británico anunció el lunes pasado que modificará de forma unilateral algunas partes del protocolo, para proteger la estabilidad en la provincia, pero el comisario europeo, Maros Sefcovic, rechazó este miércoles esos argumentos.
Tanto la UE como Londres defienden que su interés primero es proteger los Acuerdos de paz de Viernes Santo de 1998 y los europeos reconocen problemas «prácticos» que han complicado la puesta en práctica de algunas disposiciones del protocolo, si bien las dos partes chocan respecto al modo de encararlo.
Con el Brexit, el dividido y susceptible territorio quedó en una situación diferente a la del resto de las naciones británicas –legalmente dentro de las esferas aduaneras de la UE y de Reino Unido– para evitar la reintroducción de una frontera física en la isla de Irlanda.
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