“Si no levantan nuestros salarios, nos levantaremos”, “Aumenten los salarios, bajen las tarifas”, advertían varias de las pancartas que agitaban los manifestantes convocados por el Congreso Sindical (TUC), una de las mayores organizaciones gremiales del Reino Unido.
La marcha, en la que participaron el número dos del Partido Laborista, Angela Rayner, y el exlíder de esa organización política Jeremy Corbyn, además de dirigentes de los diferentes sindicatos británicos, comenzó en las inmediaciones de la Plaza Portland, y concluyó frente a la Plaza del Parlamento.
Los manifestantes hicieron un alto frente al número 10 de Downing Street, residencia oficial de los primeros ministros, para abuchear a Boris Johnson, a quien le exigen que haga más para ayudar a los ciudadanos de más bajos ingresos a enfrentar el incremento de los precios del combustible, de la electricidad y los alimentos.
Es hora de aumentar los impuestos sobre la riqueza, no sobre los trabajadores, aseguró la secretaria general del TUC, Frances O´Grady, desde la tribuna erigida en la Plaza del Parlamento.
La dirigente sindical también advirtió a Johnson que no se atreviera a culpar a la clase obrera del país por la inflación galopante, después de las medidas de austeridad, las privatizaciones y los recortes salariales impuestos por los gobiernos conservadores en la última década.
Según el TUC, los trabajadores británicos perdieron 20 mil libras esterlinas (unos 24 mil 500 dólares) desde 2008, porque el salario no se mantiene al mismo nivel de la inflación.
La multitudinaria marcha de este sábado, en la que se escucharon también llamados a poner fin a la guerra en Ucrania y contra la extradición a Estados Unidos del fundador de WikiLeaks Julian Assange, fue a la antesala al paro nacional que protagonizarán los empleados del sector ferroviario los días 21, 23 y 25 de junio, en demanda de salarios equivalentes al costo de la vida y mejores condiciones laborales.
ga/nm