Se trata de una cabeza estucada -primera de su tipo- hallada en la Zona Arqueológica de Palenque, en Chiapas, y aunque el hecho ocurrió en julio de 2021, los detalles han sido revelados hace poco tiempo.
Dicha pieza fue encontrada en uno de los pasillos del yacimiento de un palacio compuesto por varias instalaciones, cuando el equipo del arqueólogo Arnoldo González removió una alineación de piedras con el fin de liberar un corredor que conectaba dos habitaciones.
Sin preverlo, dieron con un receptáculo semicuadrado de tres paredes, y bajo una capa de tierra suelta emergieron la nariz y la boca semiabierta de la divinidad.
Resultó ser el eje de una rica ofrenda dispuesta sobre un estanque de piso y paredes estucadas -de casi un metro de ancho por tres de largo- que emulaba el ingreso del dios al inframundo.
González estimó que el descubrimiento permite conocer cómo los antiguos mayas de Palenque revivían de manera constante el pasaje mítico sobre el nacimiento, muerte y resurrección de Yum K´aax.
Colocada en orientación este-oeste, lo que simboliza la germinación de la planta del maíz con los primeros rayos del sol, la mencionada cabeza tiene 45, 16 y 22 centímetros de longitud, largo, ancho y altura, respectivamente.
Según los primeros estudios, debió ser modelada alrededor de un soporte de piedra caliza y posee características gráciles.
El mentón es afilado, pronunciado y partido; los labios finos y se proyectan hacia afuera, el inferior ligeramente hacia abajo, y se muestran los incisivos superiores.
Además, los pómulos son finos y redondeados, y los ojos, alargados y delgados. De la frente amplia, aplanada y de forma rectangular, nace una nariz ancha y pronunciada, describieron los expertos.
Explicaron que, por el tipo cerámico usado, el contexto arqueológico ha sido fechado hacia el periodo Clásico Tardío (700-850).
Yum K´aax, o Yum Uil, controlaba el alimento sagrado de los mayas. Siempre era representado como un joven con deformación craneal de la que nacían mazorcas de maíz.
Tenía muchos enemigos y necesitaba la ayuda de otros, en especial de Chaac, el dios de la lluvia.
(Tomado de Orbe)