Por Teyuné Díaz Díaz
Redacción de Economía
En entrevista con Prensa Latina, la también jefa del Departamento de Finanzas del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM) indicó que una moneda única en África sería una alternativa interesante y ello pudiera propiciar relaciones estrechas y complementarias entre sus naciones.
Es un continente rico en recursos naturales, pero con diferentes niveles de desarrollo socioeconómico y conflictos históricos entre países y subregiones, acotó.
Tampoco podemos olvidar que las naciones subdesarrolladas africanas fueron afectadas en las últimas crisis financieras internacionales y al igual ocurrió con la pandemia de la Covid-19, cuando África quedó prácticamente alejada de muchos de los suministros tradicionales, precisó.
En ese contexto, remarcó la experta, resulta indispensable establecer mecanismos que le permitan mantener sus niveles de desarrollo socioeconómico y al mismo tiempo avanzar en medio de los desafíos internacionales.
No obstante, hablar de una moneda única resulta un reto; es un continente compuesto por 53 países, 42 monedas y, además, uniones monetarias todavía controladas por sus exmetrópolis, como el caso de Francia con el franco CFA.
Asimismo, existen diferentes bloques regionales como la Comunidad de Desarrollo de África Austral, el Mercado Común de África Oriental y Austral, la Comunidad Africana Oriental, el Área Tripartita de Libre Comercio y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Ecowas, por sus siglas en inglés), donde comienza la propuesta.
Hernández explicó que ante ese panorama pudiera resultar utópico pensar en una unión monetaria en la región, pero ese fue uno de los objetivos fundacionales de la Unión Africana.
Sin embargo, en la región económica de Ecowas, ocho de los 15 países utilizan desde 1945 el franco CFA, una moneda instrumentada por Francia a sus antiguas colonias.
En esa área la idea de la moneda única retoma fuerza por momentos, pues facilitaría a sus miembros comerciar, exportar e importar entre ellos, mas el futuro económico y monetario actual es muy complejo, subrayó la experta.
Por ejemplo, los desequilibrios socioeconómicos y los criterios de convergencia en Ecowas persistían hasta 2020, por tanto prorrogaron la aplicación de esa moneda única para el 2027; no se trata de un proceso fácil, pues requiere definir intereses y objetivos fundamentales, argumentó.
Otro de los obstáculos, continuó, es la permanencia del área monetaria del franco CFA.
OPINIONES CONTRAPUESTAS
Algunos economistas critican la posible moneda única de Ecowas y consideran que impediría la competitividad, porque buena parte de las finanzas podrían fluir hacia los países desarrollados al no existir niveles de competencia, explicó la doctora.
Este tipo de control monetario, dijo, genera que la mayor parte de los capitales vayan hacia las naciones más avanzadas económicamente y desde esa perspectiva sería negativo, podría pensarse similar a la creación del franco CFA, aunque realmente se trata de otra cosa.
Esas naciones intentan independizarse del histórico control monetario y financiero, sentenció la investigadora, para lo cual, añadió, es necesaria la creación de instituciones propias -al igual que en Europa- para asumir políticas financieras y fiscales que llevarán a un cierto equilibrio entre los países miembros.
En ese contexto se ubican los cuatro criterios de la convergencia, todos retos importantes: establecer una independencia financiera regional; un área monetaria y una divisa única; responder a los intereses del financiamiento para el desarrollo de esa región, y la adopción de políticas financieras y fiscales similares.
¿Cuáles pueden ser los beneficios y cuáles los retos?
En el caso de los beneficios, Ecowas lograría una zona aduanera de 385 millones de consumidores, reducción de los costos de transacciones cambiarias, facilidades de pagos, estabilidad, una voz fuerte de esa comunidad de Estados y, además, protección a las economías más débiles frente a las crisis financieras.
Sería un antecedente para garantizar un mayor proceso de integración regional, subrayó, y consideró que esas naciones podrían aspiran a liderar la Zona de Libre Comercio Continental Africana, un acuerdo de libre mercado de capitales y personas suscrito en el 2018 por 54 países del área, con excepción de Eritrea.
Por tanto, lograr una unión monetaria y una moneda única en un espacio determinado generaría importantes elementos de integración y podría constituir una alternativa para el desarrollo socioeconómico regional, valoró Hernández.
La especialista recordó que la mayor parte del comercio de esos países era con sus antiguas colonias, incluso aquellos que diversificaron sus destinos nunca fueron internamente en África. Por tanto, es estratégico relocalizar una parte de ese intercambio al interior del continente, sobre todo luego de los cambios estructurales mundiales tras la pandemia de Covid-19. Pudiera ser positiva la eliminación de las barreras comerciales y para el movimiento de las personas, fomentar bases con vistas a una unión monetaria y generar condiciones financieras internas para el intercambio intrarregional.
Esto podría ser favorable ante el actual panorama de recrudecimiento de los términos del comercio, del financiamiento, la reducción de la inversión extranjera directa hacia los países subdesarrollados, el incremento de la deuda externa y la capitalización de las remesas, agregó.
Pero todo dependerá de cada una de las naciones y las políticas internas, apuntó. Un área de libre comercio no siempre resulta beneficiosa, pues al interior del continente africano existen diferentes niveles de desarrollo económico.
A ello se suman los conflictos bélicos, los problemas medioambientales, las cuestiones étnicas y otros elementos que pudieran resultar obstáculos o impedimentos al avance no solo del tratado de libre comercio, sino de cualquier política de desarrollo industrial, por lo que solo queda esperar la evolución del proceso, sostuvo.
LOS ESCENARIOS Y LA MONEDA ÚNICA AFRICANA
Existen otras áreas africanas que hablan de monedas únicas, como la zona austral, donde es posible una dinámica similar, aunque resulta difícil por las diferencias internas.
También en África se promueve la creación de monedas digitales, con Nigeria como uno de los impulsores.
La propuesta de moneda única de Ecowas pudiera ser digital, reflexionó Hernández, ello liberaría buena parte de las transacciones directas en los casos de financiamiento y, además, generaría una capacidad extraordinaria de desarrollo en las finanzas tecnológicas.
Nigeria pudiera asumir esa transformación hacia las finanzas digitales y, aunque en la misma medida causa preocupaciones, es preferible tener un país capaz de realizar ese proceso a no tener ninguno, comentó.
Al interior de Ecowas también existen otras inquietudes sobre Nigeria, al ser el segundo país con mayor representación y desarrollo socioeconómico del continente, exportador de petróleo y poseedor de importantes recursos naturales; entonces, en una unión monetaria tendría una posición determinante.
La pregunta es cuán rápido los países africanos lograrán la unión monetaria como uno de los objetivos primordiales para alcanzar la integración, cuestionó, es una interrogante acompañada de elementos diversos desde el impacto de la pandemia hasta la crisis del 2008.
El tiempo no será breve, pero es un objetivo y en la medida que aparezcan políticas más aislacionistas, eventos económicos globales, incrementos de precios en las materias primas y los alimentos, y se generen tendencias mundiales tan contradictorias, pueden potenciarse alternativas integracionistas.
No obstante, el contexto actual agrava la situación para los países africanos altamente importadores y podría postergar cualquier tipo de políticas.
Otro escenario sería la instauración de alguna moneda única en las subregiones y, poco a poco, se sumen nuevos actores que desarrollen sus mecanismos financieros y formas de integración más cercanas.
Es un proceso complejo, pero resulta interesante que los países africanos intenten crear una dinámica interna en este ámbito, concluyó.
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